El día prometía calor, nada comparado con los días de entrenamiento (lluvia, frío…), pues nada, a hidratarse, a darse bien de cremita, a ponerse gorra, y a mentalizarse de que el primer parcial salvaba los primeros
Comenzamos con buena marcha, aunque el asfalto de Colmenar Viejo ardía a las 12 de la mañana y la cantidad de gente que había hizo que me agobiara un poquillo los primeros
Continuamos en la atacada hacia el kilómetro 12 (2ª avituallamiento), este tramo fue un poquillo duro, no corría el aire y por un momento, el equipo nos dimos cuenta que llevábamos un tiempo sin hablar, concentradas en andar y no perder ritmo (asfixiadas de calor). Después del agua por la cabeza y cuello en el km. 12, y reponernos, cogemos la pista que continúa a otra pequeña meta en el km. 16 donde nos espera Sergio, Chus y Julio para darnos ánimos, Aquarius, hacernos fotos y acompañarnos unos kilómetros entre los cuales también aparecía Alex, sentado en una sombrita con cámara en mano para inmortalizar el momento. Toda esta zona es muy bonita, el campo precioso y en el fondo, el embalse de Santillana.
No me gustó mucho que antes de salir avisaran que cambiaban el recorrido, tenía bastante estudiada la ruta y eso me rompió un poco los esquemas.
La última parte del recorrido fue un poco agotadora, nos metieron aproximadamente
Ana y Esperanza se retiran y yo tengo que decidir si continúo. La verdad es que me apetece continuar, era mi primera meta (los 53,300) pero si tengo que ser sincera, con el dolor en el pie, y la sensación de seguir sola, casi me hace tirar la toalla.
Después de un masaje en los pies y las piernas (por mi inminente quiromasajista particular), cambiarme de ropa y calzado, y los buenos ánimos de Alex, Sergio, Ana y Esperanza, decido seguir. En todo momento me digo: “Voy a ver que tal y si después de unos 5km. voy mal, me doy la vuelta”.
Pero no, empiezo a coger ritmo, me encuentro genial, la temperatura ha bajado, hace airecito, los colores se vuelven brillantes, resaltan toda la gama del verde, la luz es especial y los olores de la primavera húmeda me embriagan de tal manera que cuando me quiero dar cuenta estoy en el km.46 y casi no me he enterado. El pie no me duele nada y siento sólo la molestia de un par de ampollas incipientes.
El paisaje es precioso, voy con buena compañía (3 andarines como yo, y al mismo ritmo más o menos, además de Alex que me va sorprendiendo a lo largo del camino y de todos los amigos y amigas que me van llamando al móvil dándome ánimos y aliento). Me acuerdo de Ana y Esperanza, les hubiera gustado andar por este paraje, nada que ver con los primeros
Y por fin, después de meterme en un rió en el km 49, y de 2km de subida, llego a la pasarela roja que cruza la carretera de Tres Cantos. Allí me están silbando mis amigos Rosalba, Antonio, Blanca y mi más fiel admirador. Allí nos abrazamos, nos hicimos unas fotos y Rosalba me acompaña los dos últimos kilómetros. Hablamos mucho en esa distancia, bueno más que nada fue un monólogo, porque yo hablaba y hablaba, no podía parar, estaba emocionada, contenta, feliz, QUÉ SUBIDÓN.
Muchas gracias a Sergio, Chus y Julio por haber hecho que algunos de los tramos no fueran tan duros y sobre todo por vuestra compañía.
Agradezco a todos los que me llamasteis por teléfono dándome ánimos (Nuria, Román, Charo, Raquel, Rosalba, Chus, Julio, Raquel, Mónica, Ana, ….)
Agradezco a Ana (Dallas) y Esperanza todos los momentos compartidos antes y durante
Mando un beso muy fuerte a Rosalba, Antonio y Blanca por estar a las 12 de la noche recibiéndome y acompañando a Alex en